Despierto. Es de dia, se nota el ambiente un tanto común, un tanto cotidiano, y un tanto igual a cada vez que despierto. Me levanto. El piso se siente un tanto frio, un tanto normal, un tanto igual a cada vez que me levanto. Camino. La habitación, la casa, el auto se ven ya no un tanto, sino idénticamente igual a como los deje antes de dormir, igual a como lo deje hace dos noches, y permanecen igual desde aquel momento en que me deje caer y decidí quedarme ahí, igual que hace 1 año. Por primera vez en todo ese tiempo percibo la presencia de algo, volteo y la veo ahí en una esquina, empolvada y olvidada; es mi bufanda. Me echo a llorar.
Aun recuerdo esa noche cuando la tire, y cada recuerdo es como vivirlo otra vez, la sensación de que es realidad estremece mi cuerpo y… NO QUIERO RECORDARLO! Volteo la mirada como si nada hubiera pasado y sigo caminado anhelando salir de mi vida rutinaria y encerrada, esperando que hoy haya algo diferente en lo que me rodea. No me miro siquiera en el espejo, tomo las llaves, quiero escapar y no volver a recordar. Subo al auto, piso el acelerador y…
Despierto. Es de noche, el ambiente es un tanto diferente, fuera de lo comun, extrañamente desconocido que cuando me despierto. Me intento levantar, no siento el movimiento, no siento el calor, no siento el aire alrededor. Por primera vez en un año quiero hablar y justo en ese momento puedo sentir algo: dolor. Me doy cuenta que tengo la boca amordazada, los brazos y piernas amarradas, no tengo ropa y estoy herida. Sin importar el miedo que me invade al recordar, intento pensar que fue lo que paso y como llegue ahí. Me viene a la mente la mañana en que me levante y tome el carro, acelere y decidí escapar de mi vida. Jamás mire hacia atrás. Tome la carretera y comenzó a llover. Iba a mucha velocidad, el carro se descontrolo y me salí del camino. Y ahora estoy aquí.
Despierto. No puedo distinguir si esta anocheciendo o esta amaneciendo, al ambiente sigue siendo diferente al normal y el panorama es distinto al de la ultima vez. Me levanto y siento las hojas secas entre mis dedos y pies, oigo el crujir de las ramas y siento el aire correr en mi cara. Comienzo a correr, quiero escapar, es mucha belleza para mi, mi lugar no es ahí.
Finalmente despierto. Suspiro hondamente y vuelvo a cerrar los ojos. Esta vez es diferente, siento que me invade un sentimiento extraño, me quiero reír. Entre sonrisas y sonidos se disipa desde mi interior un carcajada incontrolable que no me deja levantarme, me hago bola en mi cama y no paro de reír, después de un rato y de mucho dolor de panza me levanto aun haciendo sonidos y gemidos, camino hacia el baño y me miro en el espejo. Sonrío. Abro la llave, escucho que el agua me espera, me quito la ropa y entro a la bañera. Siento el agua en mi pelo, cara, hombros, brazos, pecho, panza, piernas, pies, y dedos. Me estremezco. Estoy viva, al fin soy capaz de percibirlo.
